El verano está a punto de acabar y muchas familias están regresando poco a poco a la normalidad, pero la ilusión de la siguiente escapada de la rutina no tiene por qué esperar.
Nunca es temprano para ir organizando el siguiente viaje familiar y uno de los secretos para tener finanzas sanas es justamente planear con anticipación, pero podrías preguntarte ¿cuándo y cómo debo empezar para ahorrar para las siguientes vacaciones?
En este post te daremos algunas recomendaciones básicas para ir planeando tu siguiente viaje y no morir en el intento.
Mínimo 3 meses antes
Evidentemente, esto dependerá de cuál sea tu destino y cuánto tiempo estés pensando en irte; si será un viaje familiar o individual, entre otras cosas, pero en general, los expertos en finanzas recomiendan que la clave está en hacerlo con mínimo 3 meses de anticipación para viajes nacionales, mientras que si estás pensando en salir del país, lo ideal es empezar una año antes.
Para muchas familias, la siguiente temporada vacacional será en diciembre así que si está es tu idea, estás justo en tiempo de ir apartando una cifra mensual para tu siguiente viaje.
Calendarizar los gastos
Otra de las opciones es NO pagar todos los gastos del viaje al mismo tiempo; por ejemplo, una vez que hayas decidido cuál será tu siguiente destino, puedes empezar a cotizar los boletos de avión y pagarlos antes de que llegue la fecha de tu siguiente viaje. Esto es especialmente práctico cuando tienes una familia extensa y donde tan solo el gasto de transportarse a tu destino, será muy elevado.
Una vez cubierto este gasto, te será más sencillo ahorrar para los demás gastos, como la estancia y alimentos.
Cuidado con los pequeños gastos diarios
Si bien es cierto que los cafés, chicles y demás chucherías que podemos comprar en el día parecen tener un precio muy bajo, cuando haces la tarea de sumar lo que al mes te gastas en estos pequeños artículos, la cifra total puede ser abrumadora.
Previo a tus vacaciones, especialmente durante el último mes antes de tu fecha de viaje, te recomendamos ser consciente de estos pequeños gastos. Por ejemplo, si te compras un café diario elije durante ese mes, llevártelo preparado desde tu casa o comprarlo solo 2 días a la semana. La idea es ser consciente de estos pequeños gastos y de no caer en el engaño de que por ser muy baratos, no te implican un gasto mayor.
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